En el año 2017 Diego Herrera ciudadano venezolano al ver la situación económica y la crisis que se vivía y actualmente se sigue viviendo se vio orillado a tomar la dura decisión de emigrar a Perú junto a su hermano mayor, ambos hermanos por suerte no tuvieron que pasar por el duro proceso de entrar caminando a nuestro país, debido a que ellos tal como él asegura tuvieron la suerte de llegar en bus.
Lo más difícil que ha pasado hasta hoy ha sido tener que dejar a su familia (mamá, papá y sus dos hermanos), su forma de vivir, su comodidad, sus amigos, su trabajo y tener que empezar desde cero en un lugar donde no conocía nada.
Diego al llegar a Trujillo tuvo la facilidad de poder establecerse laboralmente en dos trabajos, el primero en un restaurante, en el cual trabajaba de mesero y el segundo en una galería vendido calzados.
Actualmente ya tiene 20 años y radica en el local Festi Deco como vendedor de adornos para fiestas y más.
El dinero ganado lo divide en dos una parte la utiliza para sustentarse en nuestra ciudad y la otra para ayudar a sus familiares que aún siguen en su país. Los envíos los realiza a través de pequeñas remesas que son depositadas en dólares o soles, el cual al llegar allá varia el monto según la taza.
Hasta el momento después de haber vivido dos años en el país este joven se siente agradecido y hasta el día de hoy asegura que lo que más le gusta de aquí son las personas por lo acogedoras que son y los diversos paisajes por el buen ambiente que estos tienen. Aun así, desea encontrar un mejor trabajo que le brinde más ingresos para poder así ayudar a su familia y anhela que se mejore todos los conflictos de su país porque extraña mucho su lugar de origen, su familia y la comida.
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